La palabra impresionismo tiene varias acepciones todas ellas artísticas: pictoricas, literarias y musicales. La real Academia de la lengua, refiriéndose a la acepción pictorica la define como: "Corriente pictórica del siglo XIX que representa su objeto según la impresión que la luz produce a la vista, y no de acuerdo con la supuesta realidad objetiva."

El nombre proviene de una obra de Monet titulada Impresión, expuesta en el famoso Salón de los rechazados en 1874.
A esta corriente se le considera como la última versión del realismo, la cual lleva implícita el principio de la subjetividad en la representación, de las sensaciones cromáticas.

La pintura impresionista no posee argumento, sino estampas, escenas urbanas y campestres. Sus paletas tomaron como punto de referencia las nuevas investigaciones realizadas sobre los colores primarios y secundarios, cargándose así de tonalidades puras, rojo, amarillo, azul, verde, violeta y naranja

Los impresionistas prescindirán del sentido literario, narrativo, dramático o retórico del lienzo en pos de dibujar y pintar escenas reales. Monet, Renoir, Sisley, Pisarro Cézanne y Berthe Morisot, van a fundar la asociación Société Anonyme des artistes Peintres, Sculpteurs et Graveus en 1873, inaugurando un ciclo de ocho exposiciones bajo el nombre de «exposiciones impresionistas».