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 Albendiego: algunos datos enigmáticos.

   
 
  Naturales.
  Sociales.
 


Como en otros muchos pueblos, existen puntos oscuros, enigmas o incógnitas, cuestiones que la creencia popular explica a su manera, pero a poco que empieces a pensar en ello te das cuenta que la creencia popular ha inventado una historia alrededor de un hecho concreto o que sus explicaciones son demasiado simplistas.
Posiblemente una taula
En el término de Somolinos, en un barranco que desemboca cerca del nacimiento del río Manadero, orientado hacia el sur, encontramos un fenómeno, cuando menos, curioso. En una terraza por encim a del lecho del barranco, a unos dos metros de altura, encontramos una formación pétrea, que el pueblo justifica como una construcción accidental. La construcción en cuestión se componen de tres grandes piedras que forma algo parecido a una cueva. Las piedras situadas en posición verticalmente, tienen una forma trapezoidal. Ambas piedras tienen los mismos ángulos de tal forma que la piedra que se coloca encima, encaja perfectamente. Todo ello me lleva a pensar que las piedras en cuestión no se colocaron así por casualidad, si no que aquí intervino la mano del hombre, máxime si observamos que en todo alrededor no existe ninguna piedra de esas dimensiones. En una casa que en la actualidad está totalmente derruida, existe una piedra que cumple la misión de dintel inferior de una ventana, en la que, labradas en la piedra, figuran una serie de letras y una fecha 1622. La orientación y el tiempo ha favorecido la aparición de musgo y ha difuminado tales inscripciones.

La explicación popular es que la fecha que figura picada en dicha piedra caliza, es el año en que se construyó la citada casa, pero que objeto tendría reseñar la fecha de la construcción de la casa en una ventana que no está en la fachada principal y para más "inri", la piedra en cuestión esta asentada al revés, es decir que tanto las letras como la fecha que figura en la misma, están boca abajo. A todas luces está claro que la piedra en cuestión no estaba pensada para cumplir la función de dintel, y que el fin con el que se hizo fue otro muy distinto.

Justamente enfrete de la mencionada ventana, a escasos dos metros, hace un par de años, un niño que paseaba en bicicleta después de una tormenta, descubrió, con sorpresa, una calavera que asomaba en un terraplen de la calle que hacía unos meses habían hormigonado. La lluvia y la erosión del agua al incidir en la tierra removida, habían puesto al descubierto el cráneo de una persona que mostraba un orificio en un parietal. Al parecer, y según comentarios que después escuché, al hacer obras para arreglar la calle, habían descubierto un esqueleto humano, pero nadie dijo nada para evitar papeleos engorrosos y la paralización de las obras.

A partir de aquí, se desataron todo tipo de comentarios y teorías entre ellas: El cadaver en cuestión podría pertenecer al escuadrón de caballería de las tropas carlistas que estuvieron acampados cerca del nacimiento del río Manadero y que pasaron por Albendiego de camino hacia Galve y Cantalojas, por cierto, mis abuelos me contaban que, las tropas carlistas, solicitaron a dos pesonas para que acompañasen a las tropas con el fin de mostrarles el camino.

Otra explicación que se apuntó, es que en la pasada guerra civil, en nuestro pueblo se estableció, durante un tiempo, un batallón ocupando muchas casas y casillos. Los unos opinan que fue un ajuste de cuentas entre la soldadesca, los otros que fue una ejecución por deserción. En fin todo son conjeturas.

La cuestiós es que a partir de que el niño dió la voz de alarma, vino la guardia civil, intervino el forense, se llevaron la calavera, y hasta ahora nada más se supo.

   
   
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